La vida se llena en lo cotidiano, el día a día es lo que realmente importa. Los placeres sencillos de la vida, como caminar de noche por la calle, comerse o tomarse algo en una terraza, sentirse a salvo, etc. son los que realmente hacen agradables el vivir.
En Caracas (al menos eso creo), vivimos mas pensando en viajes, y celebraciones, ocasiones especiales; la prioridad no esta en disfrutar el día a día sino mas bien en vivir lo mas que se pueda mientras el cupo de Cadivi aguante. El tráfico y la inseguridad nos han replegado a oficina, casas.
Definición de Replegar: replegar
- tr. Plegar o doblar muchas veces.
- tr. y prnl. Retirarse las tropas con orden
- Replegarse una persona en sí misma
Tomando el punto 2; retirarse en ORDEN, como quien dice, estamos dejando sistemáticamente la calle a bandidos y vendepatrias para voluntariamente tomar casa por cárcel.
En Chuao por otro lado, la gente vive feliz, disfruta su trabajo, camina por el pueblo, sale de noche, se siente a salvo y en familia. Los niños juegan en la plaza de secado hasta que se aburren y les da sueño. Cualquier excusa es buena para celebrar, esa gente es feliz. Me hace preguntarme, si somos parte del mismo país ¿por qué ellos pueden vivir así y nosotros no?
photoneher 
Este blogcito está empezando a ponerse bueno. Empieza a saber a algo.
Con respecto a lo que comentas, parece que se nos está olvidando vivir, es realmente triste como en poco tan poco tiempo nos hemos venido reduciendo y reduciendo. Lo más triste es que esto huele a sopa de rana.
En contacto.
En la plaza del secado todo se mueve al son de la brisa que el mar procura para que los hombres, los niños, las mujeres, Dios y la Virgen y las bambalinas de colores parezcan hechas de una misma sustancia, rumorosa, de contornos sosegados, tan borrosos como alegres y serenos. En la plaza del secado se anda como entre sueños, el tiempo corre sin prisa y se abre paso entre un grupo de niños y un par de fantasmas que se sienten como en casa. En Caracas, en cambio, nos sentimos obligados a definirnos con violenta nitidez; en Caracas nos pisan la tecla a cada rato y si no apretamos el botón con frecuencia la ansiedad nos invade. En Caracas hay que disparar mensajes, correos, frases, testimonios, cuanto antes y a como de lugar, de lo contrario, nos parece que desaparecemos por completo. Sé de espíritus que han decidido irse del país por temor a la inseguridad. El otro día secuestraron a un fantasma y lo tuvieron encañonado hasta que los familiares convencieron a los plagiaros que, en efecto, el susodicho estaba muerto. En la plaza del secado de Chuao, por el contrario, es posible andar por ahí con absoluta tranquilidad, como si uno siempre estuviera a punto de esfumarse, como si realmente se pudiera ser, dejar ser y dejar de ser sin que ello implique una revolución de izquierda, una transacción comercial o una simple y llana tragedia.
Guau!
Con tanta razón lo que dices y subrayado con la sensibilidad del artista pues tiene doble fuerza a una VERDAD más grande que CHUAO. Desde estas latitudes donde me encuentro no dejo de pensar de como poco a poco voy sintiendo a mi región cada vez más y más distante y precisamente es por el ambiente que se vive en Caracas… cada vez más violento, más presión, menos confías en la gente… en fin, cada vez siento más lejos de la ciudad que yo vivía (q ya de por sí era violenta en ese momento, hace 8 años)
Yo sólo quiero ir a la plaza del secado de Chuao…
que sabroso saborearte la calle, «verdadero escenario donde se debe expresar la libertad » como dice Lazo, pero hasta que te aburras y te vayas a dormir o a donde sea, y no que sea porque te come la paranoia que te deja con apetito e insomnio